26 enero 2009

Vendidas de Zana Muhsen Andrew Crofts

En el verano de 1980, Zana Muhsen,adolescente de 15 años de edad, se preparaba para las que iban a ser las vacaciones más excitantes de su vida. Viajaba con unos amigos de su padre que la habían invitado a su casa.Era la primera vez que cogía un avión iba a conocer Yemen, el país de su padre. Su hermana menor, Nadia, también viajaba a Yemen, pero lo haría unos día después. A pesar de sentirse inglesa de pies a cabeza, ansiaba conocer ese maravilloso pais que su padre tantas veces le había descrito:el trayecto fue agotador varias horas de avión con una escala interminable en Damasco , después otra larga espera y otro avión más y finalmente, un Land Rover alquilado hasta Hockail,un remoto lugar en las montañas. pero no había palmeras, ni playas, sino solo desierto y arena. unas montañas pobladas de hienas y de serpientes. Un pueblo triste , de casas de adobe, pobres, sin electricidad , sin agua corriente....Nada era como su padre tantas veces le había dicho.Al poco de llegar, Abdul Khada,el amigo de su padre le dijo que la había comprado para casarla con su hijo Abdullah, un niño enfermizo de 14 años, su padre las había vendido a ella y a su hermana por poco mas de 260·000 pesetas.
Fueron ocho años de dolor , de soledad, de malos tratos, de humillaciones y de continuas violaciones por el que todos decían que era su marido. Durante todo ese tiempo,aislada del resto del mundo, Zana no olvido quien era , de donde venia y a donde pertenecía. y no dejo de luchar hasta que, tras hacerse publico su caso en Europa, consiguió volver a su Inglaterra, viéndose obligada a dejar en Yemen a su pequeño hijo Marcus. Pero la batalla aún no ha terminado su hermana Nadia todavía continua en Yemen, con los cinco hijos a los que no esta dispuesta a renunciar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

yo tambien he leido este libro hace un tiempo y me gusto bastante. lo lei por el motivo de la cultura tan distinta a la nuestra y la manera, el trato que reciven las mujeres en esa cultura tan opuesta a la nuestra un saludo